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La última escapada. Michael O’Brien

Como la reseña puede resultar algo pesada vaya por delante que es un libro verdaderamente útil para los padres a los que preocupe verdaderamente la educación de sus hijos.

 

Esta novela de Michael O’Brien será comprendida por algunos lectores, y resultará exagerada para una mayoría. Es el precio que paga el realismo en nuestra época. Se podrá decir que las cosas no han llegado al punto que señala el autor pero, sin duda estamos a las puertas. Como novela el autor tiene derecho a imaginar situaciones extremas, aunque hemos de reconocer que, finalmente, sólo es cuestión de detalle. Porque el argumento de la novela desarrolla algunos de los postulados por los que se rige nuestra sociedad y extrae las consecuencias. Es un ejercicio de lógica planteado en el ámbito de la ficción pero no por ello menos concluyente.

 

Nathaniel Delaney es un padre de familia, separado de su mujer, que dirige un periódico local. No posee dotes excepcionales pero sí algunas características interesantes: quiere verdaderamente a sus hijos y tiene un sentido de la naturaleza de las cosas que no ha sido corrompido. Podemos ver que le faltan algunas virtudes e incluso que posee defectos pero su visión global de las cosas no contradice la experiencia diaria del hogar ni del trabajo. Pero, ¿puede un hombre así sobrevivir en un mundo artificioso lleno de virtudes cívicas en el que el pensamiento dominante lo empapa todo y, en nombre de la libertad, reduce el ámbito de las decisiones personales?

 

O’Brien sitúa varios planos. Uno puede es más general y puede parecernos lejano, pues habla de gobiernos que deciden en secreto cosas que van a influir decisivamente en la vida de los ciudadanos. Pero también habla de las consecuencias directas de ese modo de proceder, y ahí puede reconocerse el lector. ¿Qué sucede, por ejemplo, con los temarios de educación sexual que imparten en las escuelas? ¿Cómo encajar que el sistema, de manera aparentemente anodina, desplace a los padres de sus derechos a la educación y los convierta en meros colaboradores del Estado?

 

Nathaniel se ve obligado a tomar una decisión. El argumento trepidante, acompañado de diálogos luminosos y reflexiones del protagonista, no nos impide la reflexión personal. A diferencia de otros thrillers en los que o bien admiramos a los héroes o bien los miramos con divertido escepticismo, lo que O’Brien plantea nos obliga a pensar sobre nuestro mundo, nuestra familia y nuestro propio destino. Lo circunstancial aquí resulta poco importante, porque no se trata de conflictos globales que suceden lejos de nosotros y en los que no participamos, sino que afecta a lo cotidiano de nuestra vida. Los disidentes de hoy no huyen a la montaña y organizan una guerrilla o una comunidad utópica, sino que viven en nuestras ciudades desactivados por la burocracia.

 

La última escapada es una historia de suspense que denuncia el totalitarismo encubierto y nos ofrece una salida, que es heroica y que pasa por el amor a la familia y el descubrimiento de lo que realmente importa. Como nos sucedió El Padre Elías ni nos defrauda su lectura ni nos deja indiferente su mensaje.

 

La última escapada. Michael O’Brie. Libros Libres. 295 páginas

Publicado por David Amado

Los orígenes de Europa. Christopher Dawson

Probablemente ya nadie tenga en cuenta lo que el gran Dawson escribió sobre Europa. Grupos reducidos de estudiosos y entusiastas volverán a su obra, oportunamente reeditada, mientras asisten al sepelio de un continente engendrado por el cristianismo.

Hubo una época en que la Iglesia era Europa y Europa era la Iglesia, que decía Belloc, y unos tiempos anteriores en que esa realidad, que acabó tomando forma geográfica y se disolverá en lo económico y el odio a sí misma, nació por el influjo de varias causas que providencialmente confluyeron.

Dawson estudia ese origen. Y apunta a los motivos por los que la unidad de Europa, en su realidad más profunda y no en la mera confluencia de intereses, nos es desconocida. Dice, por ejemplo: “cada nación pretende ser por sí misma una unidad cultural y poseer un autosuficiencia espiritual de la que en realidad carece. Cada una considera su participación en la tradición europea como un resultado original que nada debe al resto”.

La unidad europea, cultural y espiritual, es la que ha permitido la existencia de unidades nacionales y no al contrario. Posteriormente el triunfo de la burocracia y el poder organizador de los Estados acabó destruyendo la vida subyacente y ocupando todo el espacio que, por naturaleza, le correspondía a la sociedad.

Obviamente el gran enemigo a batir en el momento actual es el cristianismo que si es visto como una amenaza por los redactores de la Constitución europea y pretenden silenciarlo, es precisamente porque recuerda a Europa su razón de ser y su origen.

Si Oriente mira con recelo a Europa es porque no lo ve como una realidad espiritual sino como un mero poder económico, simple realidad material, que interfiere y domina aplastando a su alrededor. La última gran gesta misionera de Occidente fue el Imperio Británico, lo que pasa es que en lugar de predicar la fe se internacionalizó el capitalismo.

Por entonces Europa mantenía lazos más tenues que los espirituales. Vivía de una cierta unidad intelectual. Por cierto que esa Ilustración, a la que sí que aluden los redactores de la constitución-epitafio europeo, ha conocido ya su fracaso aunque nadie quiere reconocerlo. Es más, el mismo fracaso se vive como una victoria de la disolución, la vuelta a la barbarie pre-cristiana.

Dawson estudia los orígenes con gran clarividencia. No se refiere sólo al Imperio Romano sino que se detiene largamente en la importancia de los pueblos nórdicos, cuya contribución a menudo no ha sido suficientemente considerada. Carlomagno en Occidente y los pueblos nórdicos, una vez abrazan la fe, en Oriente, se encuentran en una nueva unidad ahora llamada Europa.

El estudio de Dawson, un auténtico clásico, permite conocer mejor el pasado. Si ahora asistimos a una auténtica negación de lo que somos no por ello tenemos derecho a ignorar de donde venimos y quizás así, recuperemos la conciencia de qué se debe hacer.


Los orígenes de Europa. Christopher Dawson. Rialp. 279 páginas

Publicado por David Amado

Cataluña hispana. Javier Barraycoa

Llega a nuestras manos un nuevo libro de Javier Barraycoa dedicado a desvelar lo que nos esconde la ideología del poder en Cataluña. Tras Historias Ocultadas del Nacionalismo Catalán hacía falta un libro como Cataluña Hispana. El subtítulo lo dice todo: Historias sorprendentes de la españolidad de Cataluña y el fraude del nacionalismo. Es evidente que el momento es más que oportuno. En medio de una deriva nacionalista y una crisis institucional que va a enturbiar terriblemente las relaciones entre Cataluña y el resto de España, hacía falta que alguien expusiera verdades históricas que permitan entender qué es verdaderamente Cataluña. La tesis del libro es sencilla y contundente: la catalanidad es una concreción particular de la Hispanidad. El nacionalismo catalanista ha “descatalanizado” la verdadera Cataluña para convertirla en una caricatura de sí misma. Por el contrario, al leer Cataluña Hispana de Barraycoa uno se reconcilia consigo mismo, pues vuelve a admirar lo que es Cataluña y se siente orgulloso de lo que ha representado para la Hispanidad.

El texto se estructura a base de pequeñas historias de Cataluña que se entrelazan, desde la romanización hispana, pasando por el reino visigodo, la reconquista, la participación en la Monarquía hispánica y el Imperio, y la lucha contra la modernidad que atentaba contra la esencia tradicional de Cataluña. Y por último, cómo la aparición del nacionalismo aboca a la Cataluña hispana al abismo y la pérdida de su identidad, y posiblemente su desaparición.

El lector descubrirá infinidad de datos históricos que le permitirán ver la historia de España de una forma totalmente nueva y sorprendente. Desde las referencias bíblicas a España, pasando por la proclamación de Barcelona como la primera capital del Reino visigodo de España, el título del Arzobispado de Tarragona como Primado de las Españas, el papel de los condes de Barcelona y sus matrimonios con estirpes castellanas, la verdadera composición étnica de los almogávares, la participación catalana en las grandes gestas de la monarquía hispana, como Lepanto o la conquista de América, etc. Incluso afloran grandes curiosidades desconocidas para el gran público. Entre ellas la formación, por parte de Felipe V, de su guardia de corps (Los Granaderos Reales) con la nobleza catalana; o como las letras oficiales del Himno de España fueron compuestas por un catalán, o cómo los catalanes tenían una profunda devoción al madrileño San Isidro labrador.

La última parte del libro nos descubre una contradicción: por un lado la eclosión españolista que vivió Cataluña en el siglo XIX y, por otra, la aparición el catalanismo. El análisis del origen del catalanismo que nos ofrece este texto es insustituible. Se aborda su emergencia desde su versión más “sacralizada”, como una nueva religión, promovida especialmente por un clero que queriendo imitar la tradición, no hizo más que traicionarla. De una forma clarividente van rastreándose las miserias del nacionalismo, sus odios y auto-odios. Ningún personaje fue más odiado por los catalanistas que el propio Companys. Para demostrarlo el autor sólo tiene que recurrir a los testimonios de los nacionalistas de la época en la que ellos mismos se retrataban y destripaban. El libro acaba con una advertencia y una esperanza. Si bien el nacionalismo está matando los restos de la verdadera Cataluña, también es cierto que tenemos una historia que nos permite redescubrir las grandezas de Cataluña y su sentir plenamente hispano.

La moraleja de esta entretenidísima y apasionante lectura es que si desde el resto de España se desprecia a Cataluña, estamos despreciando a España; y si desde Cataluña se desprecia al resto de España, es que estamos despreciando Cataluña. La política del odio, que han practicado los nacionalistas como casi una secta religiosa, debe ser sustituida por la comprensión de nuestra común historia y la concordia mutua.

En definitiva, un libro indispensable para cualquier catalán que quiera conocer la historia de Cataluña que nos oculta la Generalitat. Y desde luego, para cualquier español que desee conocer la historia de España que deforman las leyes educativas desde hace décadas.

Cataluña hispana. Javier Barraycoa. Libros Libres

Cuentos para niños. Ramón Gómez de la Serna

¿Escritores de renombre escribiendo para niños? Habitual en otros lares, no deja de ser una rareza en nuestra tradición literaria. No así, por ejemplo, en el mundo anglosajón, donde a un circunspecto T. S. Eliot no se le caían los anillos a la hora de escribir poesías sobre gatos para los hijos de su editor. La presente edición de estos Cuentos para niños de Ramón Gómez de la Serna nos demuestra que también en el ámbito de la literatura española ha habido insignes hombres de letras que han dedicado sus esfuerzos a los lectores de corta edad.

Y con gran acierto, podríamos añadir. Porque si bien es cierto que la prosa de Gómez de la Serna no resulta fácil para un lector infantil, esto es así principalmente por la riqueza de vocabulario empleado. ¿Y bien? ¿No se trata precisamente de eso, de que el niño se esfuerce y de este modo vaya ampliando su léxico y dominando la lengua, que sólo así puede calificarse como propia? La literatura infantil a la moda, esa persistente plaga que se cierne sobre nuestras escuelas, insiste en limitar el número de vocablos nuevos, sujeto muchas veces a una penosa contabilidad que no hace otra cosa que empobrecer la calidad de los textos. Los resultados son patentes en unas generaciones que, en su gran mayoría, dejan de leer a la primera de cambio. Si el niño desconoce el significado de una palabra… ¡perfecto! Una consulta a sus padres o al diccionario harán que se acreciente el tesoro de signos con significado que posee y que de este modo el niño pueda seguir avanzando en el dominio del idioma y en el disfrute que lleva aparejado.

Porque, no nos engañemos, uno sólo lee aquello con lo que disfruta, aunque le cueste. Leer estos cuentos suponen un cierto esfuerzo, para nada insalvable, pero lo que sí está asegurado es el intenso deleite que provocan en el lector. Sorprende observar cómo lo que tenía efecto en los niños de la década de los años veinte sigue provocando la carcajada de los niños de principios del XXI. Pero es que Ramón Gómez de la Serna muestra en estos relatos toda su maestría para pasar de lo tierno a lo cómico con una delicadeza y una facilidad que continúan cautivando al lector.

Las aventuras de Javierín y su minúscula niñera en un Bazar repleto de objetos que parecen cobrar vida,  las andanzas de un marquesito en una tarde de circo accidentada, las cuitas de Julio por los tejados y una brillante incursión en el terreno del teatro infantil es lo que nos ofrece este libro de aire cuidado que recupera la edición original de la obra. En ella destacan por méritos propios las ilustraciones de Rafael Barradas, un prodigio de exquisitez y buen gusto que, una vez más, sabe expresar a las mil maravillas los matices, en ocasiones conmovedores, más a menudo hilarantes, de un texto magistral que mantiene toda su frescura.

Sirvan estas líneas finales para reconocer la encomiable labor de Libros Clan a la hora de recuperar, en edición cuidadísima, esta pequeña muestra de gran literatura para pequeños.

 

Cuentos para niños. Ramón Gómez de la Serna. Libros Clan. 125 páginas.

 

El pretendiente americano. Mark Twain

Escribió Hemingway que “toda la literatura moderna parte de Mark Twain. Antes no había nada“. Aunque la segunda afirmación es ciertamente discutible, lo cierto es que la frescura, ritmo e ingeniosidad que Mark Twain demuestra en El pretendiente americano son argumentos poderosos en favor de la primera.

En efecto, estamos ante una obra desternillante; de hecho este es su carácter más destacado: es divertidísima y quien esto escribe ha de confesar que, en diversas ocasiones, no ha podido reprimir una risa persistente. Twain despliega un arsenal de recursos amplísimo para hacernos disfrutar de una obra que, sin mayores pretensiones, consigue aprisionarnos en una gozosa espera de la próxima pirueta con la que el autor nos va a sorprender. Porque el relato es delirante y la trama inverosímil, más propia de un concurso de jóvenes ebrios para ver quién puede darle una vuelta de rosca más a un argumento que ha perdido ya toda cordura. Y que sin embargo Twain maneja con destreza, valiéndose de jugosos diálogos y de certeros comentarios y descripciones de personajes, mostrando una vez más una maestría que asombró a su tiempo y que no ha perdido nada con el paso de los años (a menudo suena más fresca y actual que la mayoría de escritores de hoy en día).

La novela trata de las pretensiones de la rama familiar norteamericana sobre un condado inglés y de la voluntad del heredero inglés del condado en disputa de abandonar sus privilegios aristocráticos para hacerse un hombre común. Con estos elementos y con la ayuda de unos estrafalarios personajes con los que uno acaba simpatizando, Twain arma una novela de enredo que, no obstante, aborda, aunque sea de modo desenfadado, algunos aspectos serios, tales como la falta de realismo del democratismo o la superchería de ciertas prácticas espiritistas en boga por aquellos años.

Pero insisto, estamos ante una obra que es ante todo pura diversión, puro goce. Uno no puede alimentarse sólo de esto, pero una dieta literaria en la que esta dimensión primordial del disfrute faltase quedaría gravemente afectada.

El pretendiente americano. Mark Twain. Navona. 246 páginas.

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