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Helena, emperatriz y santa. Evelyn Waugh

Evelyn Waugh es quizás uno de los más desconocidos entre los grandes escritores de la literatura del siglo XX. Conocido principalmente por Retorno a Brideshead, exquisita y compleja novela acerca de la acción de la gracia en nuestras vidas, toda su obra, mas prolífica de lo que la mayoría piensa, está escrita con esa combinación de elegancia, desengaño e ironía tan británica que lo caracterizan. Rasgos estos suavizados por su conversión al catolicismo, que consiguió limar algunas de las aristas de su carácter sin por ello dejar nunca de ser el vitriólico Waugh (siempre contestaba, a quienes le echaban en cara sus ácidas y despiadadas críticas, en contraste con sus caritativas creencias, que se imaginasen cómo hubiera sido de no haberse convertido).

En este libro, Helena, emperatriz y santa, Waugh narra la vida de santa Helena en forma de novela, para lo que da rienda suelta a su imaginación a la hora de rellenar los extensos vacíos que de su biografía tenemos. Quizás porque no es su género preferido, quizás por esa misma falta de datos, quizás porque no atravesaba su momento creativo más óptimo, lo cierto es que Helena es una obra menor, que si bien resulta interesante, no llega a las cotas de otros de sus escritos.

No obstante Waugh nunca defrauda y la obra nos ofrece un buen retrato de la época, del modo en que se entendía la fe cristiana en la corte imperial, y delinea con maestría, a veces en pocas páginas, una serie de personajes muy logrados. Su vena sarcástica, siempre deliciosa, no aparece hasta el final, sobre todo durante el viaje de santa Helena a Jerusalén en busca de la cruz en que murió Jesucristo, dejándonos con ganas de más. Estamos pues ante una obra menor que, no obstante, se lee con gusto y en la que aparecen, aunque algo pálidas, las virtudes literarias que hicieron de Evelyn Waugh uno de los grandes escritores del siglo pasado.

Helena, emperatriz y santa. Evelyn Waugh. Edhasa. 256 páginas

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