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Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto. Fernando de Haro

El conocido periodista Fernando de Haro se embarcó hace ahora casi dos años, junto a su hija y a un cámara, Ignacio, rumbo a Egipto para grabar un documental sobre los cristianos coptos de aquel país, sometidos a una persecución que los ha llevado, por desgracia, a la primera plana de todos los medios y a escenas de martirio que han impactado en el mundo entero. El país está hecho un caos, las dificultades son enormes y de todo tipo, el presupuesto limitado y, sin embargo, el equipo consigue grabar un meritorio documental titulado Walking next to the door, que no se queda en la superficie sino que profundiza, habla con los protagonistas, nos pone frente a unos hechos más complejos y entrelazados de lo que las crónicas inmediatas sugieren.

En el libro Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto, Fernando de Haro nos narra ese viaje, un periplo en una tierra sacudida con violencia durante los últimos años. Así, le acompañamos, nos desesperamos con él, reflexionamos con él, nos asombramos con él. Y claro, nos entran unas ganas enormes de ver el documental en cuanto cerramos las últimas páginas del libro.

Pero este Coptos ofrece mucho más que un “making off” literario de un buen documental, nos ofrece también una breve pero certera historia de Egipto, del cristianismo en esas tierras, de la historia reciente del país con todo lo que significaron las diferentes etapas (Nasser, Sadat, Mubarak, Morsi, Al Sisi), una mirada al Islam político, sobre todo a los Hermanos musulmanes. Encontramos algunas afirmaciones que podríamos discutir, muy pocas, pero uno no se queda con la sensación de que ha estado inmerso en uno de esos libros del gran maestro Kapuscinski.

El libro, pues, es muy recomendable: el tempo de la narración está muy bien logrado, la información se nos ofrece de modo ameno y supera la superficialidad en la que es tan fácil caer, y los pasajes que afrontan el martirio de los coptos emocionan sin necesidad de caer en sentimentalismos baratos.

Además, los beneficios por este libro se destinan a Ayuda a la Iglesia Necesitada. Por si alguien aún dudaba si tenía que comprarlo o no.

Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto. Fernando de Haro. Ediciones Encuentro. 200 páginas.

La edad de oro del boxeo. 15 asaltos de leyenda. Manuel Alcántara, Teodoro León Gross, Agustín Rivera.

He leído La edad de oro del boxeo, del gran Manuel Alcántara, con voracidad. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto. Y no es que estuviera especialmente predispuesto, al contrario: mi plan era irlo catando poco a poco, una crónica pugilística al día, saboreándolo lentamente. Pero he de confesar que me ha sido imposible y he acabado por devorar estos escritos, rápidos, penetrantes, que explican magistralmente la realidad de cada uno de los combates, sí, y no pretenden filosofar, aunque a menudo lo consiguen de un modo más auténtico que cientos de sabiondos de sofá. Tiene razón Garci cuando escribe, respecto de la pluma de Alcántara, que “por muy cansado que estés, leerlo te reconforta, te entretiene y te quita la fatiga“.

Se recogen en este libro una selección de las crónicas escritas por Alcántara para Marca entre 1967 y 1978, lo que significa que vemos pasar ante nuestros ojos, revividos por una prosa excelente, directa y poética a un tiempo, a Pepe Legrá, Carrasco, Perico Fernández, Dum Dum Pacheco, Evangelista (en histórico combate con Ali, cuando éste ya no era el gran Clay) y otros nombres que forjaron una época gloriosa de este arte, que no es bien bien juego ni deporte. Una época donde Alcántara ve de todo: tongos vergonzosos, heroicidades irracionales, peleas elegantes y luchas tabernarias, para acabar con la realidad de la muerte, siempre rondando el cuadrilátero. Todo ello introducido por unas concisas pero muy reveladoras contextualizaciones y con el colofón de una interesante entrevista al propio Alcántara y de un capítulo evocador de este maestro de periodistas a cargo de otro amante del boxeo, José Luis Garci.

Podría buscar mil modos de encarecer el libro, pero me parece más productivo reproducir aquí algunas de las perlas que he encontrado, y subrayado, en estas certeras crónicas, y que darán una idea mucho mejor de lo que el lector puede encontrar en este libro: “la vida es una sucesión de asaltos”; “el boxeo es un deporte al que nadie llama juego”; “Weiland mete un gancho al hígado que llevaba una esquela pegada al cuero”; “está maduro para la horizontal”; “hay combates que no se programan, se perpetran”. Si les ha gustado, en el libro hay muchas más.

 

La edad de oro del boxeo. 15 asaltos de leyenda. Manuel Alcántara, Teodoro León Gross, Agustín Rivera. Libros del K.O. 204 páginas.

Lo que hay que tener. Elegidos para la gloria. Tom Wolfe

Ahora que estamos celebrando el cuarenta aniversario de que un hombre, el ruso Yuri Gagarin, viajara por primera vez por el espacio, no es mala idea retomar las páginas que Tom Wolfe dedicó a los inicios de la gesta espacial, esta vez contemplada desde el lado estadounidense.

Lo que Wolfe nos narra en “Lo que hay que tener” (título que se refiere a esa mezcla de temeridad, sangre fría, destreza, fortuna y algún otro componente más que necesita un buen piloto de pruebas) es la génesis, desarrollo y cumplimiento del proyecto Mercury, el proyecto que lanzó la NASA para intentar no quedarse aún más atrás y colocar también ellos un hombre en el espacio, primero, y un hombre en órbita, después. El relato se inicia antes del lanzamiento propiamente dicho del proyecto, presentándonos el autor el ambiente y el estilo de vida de los pilotos de pruebas militares entre los que se elegirían a los primeros astronautas y acaba con la segunda promoción de astronautas, los que se marcaron como objetivo llegar a la luna antes que los soviéticos y entre los que aparece un joven y entonces desconocido Neil Armstrong.

Pero Wolfe no se limita a explicarnos una historia de astronautas, de desafíos y retos alcanzados, sino que aprovecha para poner ante nuestros ojos un interesante fresco de la sociedad norteamericana de la época. Así, vamos a ver el nacimiento de un nuevo tipo, el astronauta, inicialmente rechazado por sus pares debido al escaso control de pilotaje real para luego ser idolatrado por absolutamente todo el mundo, desde las masas al presidente de los Estados Unidos. También observaremos los miedos de una época, la de la guerra fría, y la sensación que se producía en Norteamérica cada vez que la Unión Soviética daba un paso adelante en la carrera espacial (podías imaginar un Vostok ruso sobrevolando América y dejando caer una bomba atómica ante la impotencia estadounidense). Veremos nacer algo que ha llegado a su clímax en nuestros días, como es la explotación y exposición mediática de la vida de una serie de personas seleccionadas, en este caso los astronautas y sus familias, que firmaron un suculento contrato de exclusiva con Life y que pasaron a formar parte de la vida cotidiana del norteamericano medio.

No vamos a descubrir aquí el talento narrativo de Tom Wolfe; de arranque algo lento, el libro despega y mantiene un ritmo e interés que ya no decaerán hasta la conclusión del mismo. Su estilo, encuadrado dentro de lo que se llamó el Nuevo Periodismo, combina documentación exhaustiva con un tono narrativo de ficción que nos acerca a las vivencias de los protagonistas del relato. Aquí está su fuerza, al hacernos los hechos mucho más cercanos que cuando nos limitamos a leer el “qué, cómo, cuándo, dónde y porqué”, pero también está su debilidad. Y es que si Wolfe consigue que tengamos la impresión de ser espectadores privilegiados, en primera fila, de los albores de la carrera espacial, sus frecuentes alusiones a estados de ánimo, pensamientos, opiniones íntimas, acaban por hacernos dudar de la completa fiabilidad de lo que nos está explicando. Descubrimos entonces que estamos asistiendo al espectáculo en primera fila, sí, pero que vemos a través de unos ojos, los del escritor, que no son neutrales, que tienen un marcado sesgo. Lo que ganamos en cercanía lo perdemos en objetividad. ¿Y cuál es el sesgo de Wolfe? Me atrevería a decir que la firme creencia en la imposibilidad de que, en pleno siglo XX, puedan existir personas que actúen sencillamente por sentido del deber o por otros principios trascendentes. La carrera espacial lo tiene todo para poder ser definida como una epopeya, pero Wolfe insiste en pintarnos la escena con tonos marcados por la ambición, el egoísmo y la competitividad poco escrupulosa. Pero a pesar de todo, la aventura de los primeros hombres cabalgando un cohete por el espacio es tan potente que la épica del relato no puede borrarse por completo.

A falta de hitos reseñables de la astronáutica actual, pronostico un rosario de celebraciones  siguiendo las diferentes etapas de la carrera espacial durante los años 60. Este libro es una buena manera de celebrarlo enriqueciéndonos un poquito más.

Indicado para amantes de la épica espacial y del Nuevo Periodismo de Wolfe, Capote Mailer.

Lo que hay que tener. Elegidos para la gloria. Tom Wolfe. Traducción J.M. Alvarez Flórez y Angela Pérez. Editorial Anagrama, 360 págs.

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