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El cero y el infinito. Arthur Koestler

El cero y el infinito es una novela que ya se cuenta entre los clásicos de la literatura en torno al fenómeno comunista. Publicada en 1940 por Arthur Koestler, él mismo antiguo militante comunista y que, en consecuencia, conocía bien los mecanismos vitales, intelectuales y psicológicos de los que se valía el Partido, narra la detención de Rubachof, un líder comunista de la vieja guardia caído en desgracia durante las purgas estalinistas.

La novela es dura, descarnada, un viaje al interior de la mentalidad de los distintos tipos de comunistas, diferentes pero conformados todos por el molde de que el fin justifica los medios, y es el Partido quien define el fin. El gran mérito de Koestler es, en mi opinión, hacernos comprender los mecanismos que hicieron posible las purgas de Stalin, entender cómo los comunistas de primera hora fueron capaces de firmar confesiones falsas y vergonzosas convencidos de que éste era su último servicio al glorioso Partido que iba a traernos el paraíso en la Tierra. Lástima que el infierno temporal por el que había que pasar se eternizase.

 

Cuadernos Ucranianos. Igort

Uno de los fenómenos más interesantes en el mundo del cómic es la aparición de obras que, con ese lenguaje, abordan realidades de no ficción, a menudo cuestiones históricas o políticas. Y parece cada vez más claro que estamos ante un medio de narrar estas cuestiones muy poderoso y elocuente, que constituye un fácil acceso a la cuestión y que, por su carácter gráfico y artístico, puede conmover de forma duradera y marcar el modo de acercarnos a un tema a partir de su lectura.

Si primero fue Mauss en relación a la Shoa y Persépolis sobre el Irán jomeinista, hay que destacar las obras de Guy Delisle, en especial su soberbio Pyongyang, y El Muro, de Peter Sís. En Cuadernos Ucranianos el dibujante de cómics Igort aborda el genocidio de los campesinos ucranianos, la hambruna ordenada por Stalin que se cobró la vida de varios millones de personas en lo que se conoce como el Holodomor.

La obra nace de una estancia de dos años de Igort en Ucrania, documentándose y recogiendo testimonios de primera persona. El fino hilo conductor del libro es precisamente esa estancia en un país definitivamente herido, que no se ha repuesto del totalitarismo soviético y que se ha sumido en una dolorosa corrupción en la actualidad que deja poco espacio a la esperanza. En este contexto, Igort nos presenta pequeñas historias, testimonios recogidos de primera mano, estremecedores y por ello sin necesidad de adornos ni otros recursos para emocionar. Al contrario, tanto el dibujo como el texto son sobrios, reprimidos, muy adecuados y a tono para transmitir en toda su desnudez unos hechos estremecedores y que merecen ser mejor conocidos.

A pesar de algún toque revisionista de nostalgia brezhneviana, que basta leer a Solzhenitsyn para descubrir su falsedad (aunque el triste presente explica en parte este fenómeno), el libro es un sencillo alegato contra la realidad del comunismo y será leído con provecho por jóvenes que puedan sentirse tentados por esa ideología asesina y por adultos que disfruten de este formato.

Cuadernos Ucranianos. Igort. Editorial Sins Entido. 176 páginas

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