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Beauty will save the world. Gregory Wolfe

En Beauty will save the world Gregory Wolfe parte de su experiencia personal como joven conservador estadounidense recién licenciado en la época de la victoria de Reagan. Momentos de grandes ilusiones, que pronto se verán defraudadas cuando descubra que, tal y como ya advirtió uno de sus maestros (el otro es Gerhart Niemeyer), Russel Kirk, también la mentalidad conservadora puede convertirse en una ideología. Decepcionado ante la constatación de esta “traición”, Wolfe dedica sus esfuerzos al mundo del arte, dando pie a la creación de una revista sobre las artes, Image, que aún sigue con vida y de la que es director.

Seguramente hay cosas a matizar en las reflexiones de Wolfe, que a veces parece no haber superado esa frustración política y que a menudo se ilusiona, a mi entender excesivamente, olvidando los elementos sustantivos de la modernidad que nacen de un rechazo explícito al cristianismo. Tampoco creo que su idealizada visión del humanismo renacentista se sustente; pero tiene el gran mérito de indagar en un ámbito, el de la creación artística y cultural, clave y demasiado abandonado.

La segunda parte del libro recorre una serie de creadores cuya obra nos muestra el camino por el que podría salvarse el mundo a través de la belleza. Seis escritores: Evelyn Waugh, Shusako Endo, Geoffrey Hill, Andrew Lyttle, Wendell Berry, Larry Woiwode; tres pintores: Folsom, McCleary y Fujimura; y cuatro hombres de letras: Russell Kirk, Gerhart Niemeyer, Malcolm  Muggeridge y Marion Montgomery. Las páginas dedicadas a cada uno de ellos muestran un profundo conocimiento de los mismos, son sugerentes y recogen de forma clara y comprensible algunos de sus rasgos más definitorios.

Beauty will save the world. Gregory Wolfe. ISI Books. 278 páginas.

Small is still beautiful. Joseph Pearce

Small is still beautiful, la obra de Joseph Pearce que continúa y actualiza el influyente Small is beautiful de Schumacher, es un libro bien escrito, normalmente bien orientado y que aborda temas de especial interés a la luz de nuestra actual crisis económica. Y sin embargo…

Pues sí, sin embargo, me parece que se queda corto, que en demasiadas ocasiones no deja de transitar por caminos, preciosos, pero ya recorridos mil veces, quedándose en la superficie y sin meterse a fondo en cuestiones que merecen, me parece, un esfuerzo mayor. Y no es que falten aciertos: cada día resulta más evidente que el PIB no es buena medida de la prosperidad de un país y que el crecimiento constante y obligatorio puede llevarnos, o quizás nos ha llevado ya, a callejones sin salida. También es importante recordar que el trabajo no es meramente mecánico y que anda en juego la persona en su integridad o que el culto al gigantismo es eso, monstruoso. No es Pearce el primero en alertar de la alianza natural de las grandes corporaciones con las grandes burocracias estatales en detrimento de los pequeños empresarios (Belloc ya lo hizo en su día) ni en defender que el capitalismo ideal es aquel en el que todos poseen algo de capital (algo que Chesterton ya defendió). Tampoco son baladís su defensa de una democracia de pequeñas dimensiones, donde los votantes puedan conocer a sus representantes, ni sus advertencias acerca de los límites ecológicos del desarrollo. Todo esto está muy bien, es incluso magnífico, y este libro puede provocar que una generación más joven dirija su mirada hacia estas cuestiones, críticas si queremos salir del atolladero en el que nos hemos metido.

Pero, lo decíamos antes, se echa a faltar en el libro alguna aportación propia, algún desarrollo que nos permita concretar esos principios. Porque ya sabemos que, por ejemplo, el PIB es un mal indicador, pero ¿cuál es la alternativa? Por ahora las que nos presentan, del estilo de índices de felicidad, son incluso peores. Y aquí, el libro no se mete. Si hay algo diferencial con la obra de Schumacher es que la insistencia de éste en crear una tecnología de rostro humano (rayando en el utopismo) pasa a un segundo plano para dejar protagonismo a un mensaje ecologista que, aunque en lo esencial me parece acertado, en sus detalles me parece muy arriesgado a tenor de algunos estudios recientes que cuestionan con rigor muchas de las asunciones del ecologismo más radical.

En definitiva, un buen libro para quienes no conozcan la obra de Schumacher pero que aporta poco para quienes buscan nuevas ideas en el ámbito de un desarrollo económico armónico y que respete la dignidad del hombre.

Small is still beautiful. Economics as if Families Mattered. Joseph Perace. ISI Books. 350 páginas

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