search
top

Los orígenes de Europa. Christopher Dawson

Probablemente ya nadie tenga en cuenta lo que el gran Dawson escribió sobre Europa. Grupos reducidos de estudiosos y entusiastas volverán a su obra, oportunamente reeditada, mientras asisten al sepelio de un continente engendrado por el cristianismo.

Hubo una época en que la Iglesia era Europa y Europa era la Iglesia, que decía Belloc, y unos tiempos anteriores en que esa realidad, que acabó tomando forma geográfica y se disolverá en lo económico y el odio a sí misma, nació por el influjo de varias causas que providencialmente confluyeron.

Dawson estudia ese origen. Y apunta a los motivos por los que la unidad de Europa, en su realidad más profunda y no en la mera confluencia de intereses, nos es desconocida. Dice, por ejemplo: “cada nación pretende ser por sí misma una unidad cultural y poseer un autosuficiencia espiritual de la que en realidad carece. Cada una considera su participación en la tradición europea como un resultado original que nada debe al resto”.

La unidad europea, cultural y espiritual, es la que ha permitido la existencia de unidades nacionales y no al contrario. Posteriormente el triunfo de la burocracia y el poder organizador de los Estados acabó destruyendo la vida subyacente y ocupando todo el espacio que, por naturaleza, le correspondía a la sociedad.

Obviamente el gran enemigo a batir en el momento actual es el cristianismo que si es visto como una amenaza por los redactores de la Constitución europea y pretenden silenciarlo, es precisamente porque recuerda a Europa su razón de ser y su origen.

Si Oriente mira con recelo a Europa es porque no lo ve como una realidad espiritual sino como un mero poder económico, simple realidad material, que interfiere y domina aplastando a su alrededor. La última gran gesta misionera de Occidente fue el Imperio Británico, lo que pasa es que en lugar de predicar la fe se internacionalizó el capitalismo.

Por entonces Europa mantenía lazos más tenues que los espirituales. Vivía de una cierta unidad intelectual. Por cierto que esa Ilustración, a la que sí que aluden los redactores de la constitución-epitafio europeo, ha conocido ya su fracaso aunque nadie quiere reconocerlo. Es más, el mismo fracaso se vive como una victoria de la disolución, la vuelta a la barbarie pre-cristiana.

Dawson estudia los orígenes con gran clarividencia. No se refiere sólo al Imperio Romano sino que se detiene largamente en la importancia de los pueblos nórdicos, cuya contribución a menudo no ha sido suficientemente considerada. Carlomagno en Occidente y los pueblos nórdicos, una vez abrazan la fe, en Oriente, se encuentran en una nueva unidad ahora llamada Europa.

El estudio de Dawson, un auténtico clásico, permite conocer mejor el pasado. Si ahora asistimos a una auténtica negación de lo que somos no por ello tenemos derecho a ignorar de donde venimos y quizás así, recuperemos la conciencia de qué se debe hacer.


Los orígenes de Europa. Christopher Dawson. Rialp. 279 páginas

Publicado por David Amado

Cuentos y leyendas cristianos, Rossana Guarnieri

A menudo olvidamos que la fe, cuando es verdadera, genera una cultura en la que las diversas creaciones humanas quedan transidas de esa fe que todo lo penetra; aquí radica el secreto de la civilización cristiana cuyos frutos, por mucho que nos empeñemos en autoflagelarnos, no tiene rival.

Las leyendas que se nos presentan en este libro son una muestra de esta fe que genera una cultura; muestra menor si la comparamos con grandes creaciones artísticas como, por ejemplo, la Capilla Sixtina, pero que tiene la ventaja de que la podemos tener en casa y leer cuando nos venga en gana.

Las leyendas y cuentos cristianos que se nos presentan están, además, bien escritos. Se trata de 21 relatos, de longitud justa para leer antes de irse a la cama (lo suficiente largos para dejar satisfecho al auditorio, lo suficientemente breves para el frecuentemente agotado lector), bien escritos y que mantienen la atención yendo sin muchos rodeos al núcleo de la narración.

En este sentido, como pasa con todo lo tradicional, son narraciones tremendamente eficaces. Sólo un mundo pagado de sí mismo y henchido de pedantería ha podido despreciar un estilo de narrativa popular que, cuando es contemplada sin prejuicios, es toda una maravilla.

Los cuentos no defraudan nunca a la concurrencia y si algún pero podríamos encontrar sería el de cierta previsibilidad en algunas ocasiones. No obstante, esta previsibilidad es para los oídos de un perro viejo como el que esto escribe, que no puede dejar de ver referencias y préstamos de otras obras de su estilo (e incluso de la mitología griega, debidamente reciclada y cristianizada); hecha la prueba ante oídos más jóvenes, se comprueba que el recurso a la sorpresa sigue funcionando en los niños de hoy en día.

Los relatos se completan con numerosas ilustraciones en color, de carácter realista, muy expresivas, y cierto aire de boceto rápido, que ayudan al lector a situarse y visualizar la acción.

El libro resulta, en nuestra opinión, un gran acierto y creemos que puede resultar un instrumento valioso para, al mismo tiempo que disfruta, transmitir una serie de principios y modos de comprender la existencia cristianos que irán forjando una mentalidad, esa segunda naturaleza de la que hablaban los clásicos, profundamente cristiana.

Estamos convencidos de que hará un gran bien en aquellos afortunados que puedan leerlo, por lo que, y aunque no resulte muy académico, les recomiendo que si tienen hijos a partir de los siete u ocho años no dejen de aprovechar cualquier excusa para regalar a sus vástagos este pequeño tesoro.

Cuentos y leyendas cristianos, Rossana Guarnieri. Rialp. 125 páginas

El Río. Rumer Godden

El Río, escrito por Rumer Godden, recoge los recuerdos de infancia esta escritora, una infancia transcurrida en la India colonial donde su padre y toda la familia con él se instalaron por motivos profesionales. El libro, intimista y delicado, impresionó al director de cine francés Jean Renoir, quien lo llevó a la gran pantalla, convencido de que constituía, en palabras suyas, “un tributo a la India y a la infancia”.

Y en efecto, estamos ante un bello y muy bien escrito tributo, un tributo a la memoria de una infancia feliz, aunque tampoco se nos ahorren los momentos difíciles, los disgustos, incluso las tragedias, todas ellas partes insustituibles de una vida plena. Pero además del retrato personal, estamos también ante el retrato de una época, de un ambiente, de una sociedad, la de la India británica posterior a la Primera Guerra Mundial, que es retratada magistralmente a partir del microcosmos de esta familia inglesa en un pequeño pueblo indio, a orillas de un río cuyo transcurrir deviene símbolo de la misma vida.

El Río ofrece a nuestra contemplación reflexiones en torno a la infancia, a la relaciones entre hermanos, al paso de esa infancia a la juventud, con el descubrimiento de nuevos sentimientos, de nuevos anhelos, y también de nuevos disgustos y decepciones. Especialmente fino es el retrato psicológico de lo que separa a dos hermanas, una ya admitida entre los adultos y otra que está dando sus primeros pasos en ese mundo.

Godden, lo hemos dicho ya, escribe bien, muy bien. No sólo destaca en la descripción de ese mundo que fue el suyo, sino que los diálogos están magistralmente compuestos y transmiten una gran credibilidad. Eso sí, estamos ante una obra que se recrea en mostrarnos unas personas, con sus sentimientos, con sus ideas, que crecen, y donde la trama es eso y poco más. No estamos diciendo que no ocurra nada, ocurren cosas, algunas incluso de gran dramatismo. Pero la trama no es eso: ocurren y ya está, la vida sigue adelante. Por lo tanto el libro, que gustará aquellas personas que disfrutan pausadamente de la buena escritura, es posible que deje insatisfechos a aquellos que buscan un desenlace a las peripecias de los protagonistas.

 

El precio a pagar. Joseph Fadelle

La historia de Joseph Fadelle es tremenda: un musulmán chiita iraquí que, gracias al contacto con un cristiano durante su servicio militar, empieza a cuestionarse primero el Corán y acaba abrazando a Jesús. Pero este camino no está libro de pruebas dolorosas y atentados contra su vida, en un tormentoso caminar que finaliza con su familia, también convertida en cristiana, en Francia, tras su huida a Jordania. La sencillez, incluso ingenuidad, de Fadelle, nos deja un relato nada enrevesado, de gran sinceridad, que nos muestra un alma buena y un Dios que la va guiando providencialmente hasta su amor, hasta formar parte de su Iglesia y recibir ese pan de vida que tanto anhelaba. Y eso pasando por intentos de asesinato, vejaciones de todo tipo, torturas en las cárceles de Saddam y un sinfín de sinsabores en los que sólo la gracia sostuvo al autor del libro.

Pero esta obra es algo más que una historia de búsqueda y conversión, es la historia del Islam real y de su organización social, de esa asfixiante violencia latente y de lo que ocurre cuando una persona, en ejercicio de su libertad, decide abrazar a Cristo. El testimonio es demoledor y debería de ser de lectura obligada para los defensores del multiculturalismo y del Islam, esa “religión pacífica” en frase desafortunada y profundamente falsa que nuestros progres acostumbran a llevarse a la boca. Fadelle nos muestra, sin cargar las tintas (no es necesario) el Islam real, sus usos y costumbres, y uno queda aterrado.

Libro muy recomendable, especialmente ahora que el Islam no es algo lejano sino que está presente en nuestros barrios, en nuestras ciudades, que se leerá con provecho desde la adolescencia en adelante.

El precio a pagar. Joseph Fadelle. Rialp. 208 páginas.

top