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Una serie de catastróficas desdichas. Lemony Snickett

Bajo el título general de “Una serie de catastróficas desdichas” se nos ofrecen las desventuras de tres huérfanos, los Baudelaire, que van de tutor en tutor escapando del acechante Conde Olaf, un familiar lejano, malvado y astuto que quiere hacerse con la herencia Baudelaire. Los tres hermanos, Violet, Klaus y Sunny, irán sobreviviendo a numerosas desgracias gracias a el amor que se tienen, a su inventiva y a su amor por los libros.

La serie tiene sus puntos fuertes: buen ritmo, planteamiento original, estructura folletinesca, abundantes dosis de humor negro. Por el lado negativo se le puede acusar de ser repetitiva y e inverosímil en exceso. No obstante, nadie puede negar la habilidad del autor para construir una trama que mantiene la atención del lector en todo momento. A destacar las numerosas alusiones metaliterarias, guiños para un lector más adulto y atento.

Una serie de catastróficas desdichas. Lemony Snickett. Tusquets

Morfina. Mijaíl Bulgákov

Bajo el título de Morfina se recogen una serie de relatos breves escritos por Mijaíl Bulgákov que tienen en común el que todos ellos nacen de su experiencia como joven médico rural en la Rusia de finales de la primera década del siglo XX. Pero no encontraremos aquí referencias a los hechos políticos que sacudieron el país en esa época y de los que en la perdida aldea donde el joven médico fue destinado tras acabar sus estudios en Moscú casi ni se oía hablar. Nos encontraremos, en cambio, con una serie de relatos magistralmente escritos, que se leen con gran placer y provecho. Y cuando digo que están magistralmente escritos no estoy empleando una frase hecha, sino que me estoy refiriendo a esa cualidad que hace que un texto te atrape, que no te suelte hasta el final y te deje siempre con ganas de más.

Los relatos son breves; por suerte, porque si no, no haríamos otra cosa que leer, o por desgracia, porque vemos cómo el libro se va acercando peligrosamente su final. No obstante, esa brevedad no impide que alcancen un grado de plenitud que no es muy frecuente. Los personajes son de carne y hueso, sufrimos y nos alegramos con ellos, especialmente con ese joven y novato doctor que tiene que tomar una serie de decisiones y afrontar una serie de situaciones que a cualquiera echarían para atrás. Además, de forma casi milagrosa, consigue salir airoso de ellas, muchas veces no tanto por lo aprendido en los libros como por su instinto médico. De hecho, una de las enseñanzas de este libro es que la medicina no es una ciencia abstracta, sino que se aplica en personas concretas y en la que el sentido común es decisivo.

Curiosamente el libro recibe su nombre del título del último de los relatos, Morfina, basado en la experiencia del propio Bulgákov, quien sufrió y pudo superar una adicción a la morfina. Es este último relato el más diferente, quizás también el único al que se le puede achacar una cierta artificiosidad, pero que no estropea para nada un libro que disfrutarán aquellos amantes de la buena escritura, y que por supuesto nadie relacionado con la medicina debería de perderse.

Morfina. Mijaíl Bulgákov. Anagrama. 142 páginas

La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja. Manuel Chaves Nogales

La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja es una recopilación de las crónicas escritas por Manuel Chaves Nogales durante los años 1928 y 1929 que fueron publicadas en el Heraldo de Madrid. Se trata de la crónica periodística de un viaje, hecho principalmente en avión, que partiendo de Madrid recorrerá toda Europa hasta llegar a la Unión Soviética, objeto principal de su interés. Allí, Chaves Nogales irá relatando, con vivacidad y esa mirada presta a recoger la anécdota significativa, todo lo que vaya viendo, desde Moscú a Petrogrado, pasando por el Cáucaso y otros lugares de la entonces Unión Soviética.

Chaves Nogales escribe estas crónicas con la intención explícita de ahorrarnos fríos datos y cifras para, por el contrario, centrarse en las constataciones directas, en las conversaciones con las gentes que encuentra en su camino. Esto, que casi siempre cumple, da al libro una frescura e interés de la que carecen otros libros de la época que intentaban explicar lo que estaba sucediendo en la Rusia bolchevique.

Chaves Nogales muestra una cierta simpatía hace el comunismo, muy matizada por sus propios gustos personales (él mismo reconoce que no podría vivir bajo el régimen soviético), que sin embargo no le impiden comentarios muy atinados, interesantes y que me parece que son de utilidad, no sólo para comprender aquella época, sino para entender nuestro tiempo. Evidentemente hay previsiones y comentarios que el tiempo, afortunadamente, ha desbaratado. Sería muy fácil mostrar todo aquello en lo que Chaves Nogales se equivocó, por ejemplo, aunque no fuese de su gusto, estaba convencido de la futura victoria del comunismo, consideraba que el bolchevismo era una fuerza imposible de frenar o tenía la certeza de que Stalin nunca mataría a Trotsky. Pero centrarnos en esos errores de perspectiva sería ventajista, pues es muy fácil criticar las visiones del pasado sabiendo lo que aburrió después. En definitiva, y a pesar de las patinadas que irremisiblemente lo jalonan, lo que queda de este libro, que sin ser una obra que alcance la brillantez que otros libros de Chaves Nogales, tiene pasajes y apreciaciones muy interesantes, son las impresiones de primera mano, quizás incluso las más pedestres, las más directas, aquellas menos elaboradas, de este gran cronista de la época.

La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja. Manuel Chaves Nogales. Libros del Asteroide. 288 páginas

El Río. Rumer Godden

El Río, escrito por Rumer Godden, recoge los recuerdos de infancia esta escritora, una infancia transcurrida en la India colonial donde su padre y toda la familia con él se instalaron por motivos profesionales. El libro, intimista y delicado, impresionó al director de cine francés Jean Renoir, quien lo llevó a la gran pantalla, convencido de que constituía, en palabras suyas, “un tributo a la India y a la infancia”.

Y en efecto, estamos ante un bello y muy bien escrito tributo, un tributo a la memoria de una infancia feliz, aunque tampoco se nos ahorren los momentos difíciles, los disgustos, incluso las tragedias, todas ellas partes insustituibles de una vida plena. Pero además del retrato personal, estamos también ante el retrato de una época, de un ambiente, de una sociedad, la de la India británica posterior a la Primera Guerra Mundial, que es retratada magistralmente a partir del microcosmos de esta familia inglesa en un pequeño pueblo indio, a orillas de un río cuyo transcurrir deviene símbolo de la misma vida.

El Río ofrece a nuestra contemplación reflexiones en torno a la infancia, a la relaciones entre hermanos, al paso de esa infancia a la juventud, con el descubrimiento de nuevos sentimientos, de nuevos anhelos, y también de nuevos disgustos y decepciones. Especialmente fino es el retrato psicológico de lo que separa a dos hermanas, una ya admitida entre los adultos y otra que está dando sus primeros pasos en ese mundo.

Godden, lo hemos dicho ya, escribe bien, muy bien. No sólo destaca en la descripción de ese mundo que fue el suyo, sino que los diálogos están magistralmente compuestos y transmiten una gran credibilidad. Eso sí, estamos ante una obra que se recrea en mostrarnos unas personas, con sus sentimientos, con sus ideas, que crecen, y donde la trama es eso y poco más. No estamos diciendo que no ocurra nada, ocurren cosas, algunas incluso de gran dramatismo. Pero la trama no es eso: ocurren y ya está, la vida sigue adelante. Por lo tanto el libro, que gustará aquellas personas que disfrutan pausadamente de la buena escritura, es posible que deje insatisfechos a aquellos que buscan un desenlace a las peripecias de los protagonistas.

 

Las confesiones de Charlotte Doyle. Avi.

Quien esto escribe disfrutó en su momento de la muy recomendable Ciudad de huérfanos, escrita por Avi. Por ello mismo abordó esta otra obra del mismo autor, Las verdaderas confesiones de Charlotte Doyle con grandes expectativas. Pues bien, la lectura de este libro ha respondido y decepcionado a un tiempo.

Ha respondido a mis expectativas porque podemos nuevamente encontrar aquí algunos de los rasgos definitorios del estilo de Avi que le hacen probablemente uno de los autores de literatura juvenil más destacados de estos tiempos. En esta ocasión Avi es deudor de La isla del tesoro, de Stevenson, y de otras novelas de tema marinero, con motín incluido. La historia relata la travesía de una joven rica en un bergantín desde Inglaterra hasta Estados Unidos, donde debe reunirse con su familia. Los dos meses de viaje serán ricos en sucesos de todo tipo, incluyendo un asesinato que casi llevará a la muerte a nuestra joven heroína. Personajes bien definidos, ritmo que nunca decae (aunque en esta ocasión el autor se recree en ocasiones demasiado en la descripción de elementos marineros), una trama bien armada y que nos va dosificando una serie de sorpresas, manteniendo en todo momento el interés, son los puntos fuertes de esta narración.

Pero al mismo tiempo la obra se resiente de un vicio que, a mi entender, también está presente en Ciudad de huérfanos: después de un desarrollo equilibrado de la trama, el desenlace se aborda demasiado rápido, demasiado acelerado, y por ello un poco simplón, precipitado, inverosímil. En este caso la resolución es lo peor del libro, carente de credibilidad y que deja en el lector, al menos en un lector maduro, una sensación desagradable; aunque la palabra puedas sonar demasiado fuerte, la sensación es de una cierta estafa. Esto, que resulta muy evidente ya en el desenlace de la travesía por el Atlántico, es aún mucho peor en el desenlace final de la obra que, muy a mi pesar, acaba por estropear una obra que en más de las tres cuartas partes de la misma está muy lograda.

Las confesiones de Charlotte Doyle. Avi. Alfaguara. 272 páginas

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