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Réquiem por Nagasaki. Paul Glynn.

Réquiem por Nagasaki narra la vida de Takashi Nagai, un médico japonés que fue testigo presencial y víctima del lanzamiento de la segunda bomba atómica sobre Japón. Nagai fue un joven médico, pionero de la radiología en su país, que tras alojarse en la casa de una familia católica en el barrio de Urakami, en Nagasaki, se convirtió y mantuvo una inquebrantable fe a lo largo de toda su vida (por cierto, conoció y trató a Maximiliano María Kolbe durante la estancia de éste en Japón, entre 1931 y 1936). Tras un periodo como médico militar acompañando al ejército nipón en China, dedica su vida a su familia y, sobre todo, a la medicina, tanto en el tratamiento de pacientes como en la investigación. Es en esta situación en la que le sorprende lo inimaginable: la bomba atómica lanzada sobre Nagasaki y sus consecuencias. Nagai dedicará el resto de sus días a infundir ánimos a sus compatriotas para reconstruir la ciudad y reanudar la vida, pero al mismo tiempo haciéndoles ver que todo, incluso esa horrorosa hecatombe, está en los planes de Dios y que Él saca bien incluso del mal.

El libro, muy bien escrito por el sacerdote marista australiano Paul Glynn, además de acercarnos a la vida de una persona excepcional, nos ofrece un valioso retrato del Japón de entreguerras, del auge del militarismo y de la realidad de las campañas militares en China. Otra de las virtudes del libro es el explicarnos las vicisitudes de los católicos japoneses y su heroica perseverancia en la fe a través de siglos de persecuciones.

Pero nada de esto se iguala con el testimonio personal de Nagai, un hombre honesto y entregado a los demás, que supo superar el resentimiento y encontrar sentido al mal más tremendo. Pues tremendo, desgarrador, es el testimonio de lo que sucedió en Nagasaki, pero sin negar el dolor, Nagai enseña en cada una de sus palabras y gestos a no perder la esperanza, a seguir amando y a seguir confiando en Dios, que nos ama con locura.

Un libro magnífico, que nadie puede leer sin gran provecho, y que, por ello mismo, es sumamente recomendable.

Réquiem por Nagasaki. Paul Glynn. Palabra, 320 páginas.

La tentación liberal. Miquel Porta Perales

No es éste buen país para el debate intelectual, instalado desde hace años en un nivel tan paupérrimo que, cuando se observa con un cierto distanciamiento, uno no puede evitar una intensa sensación de desazón. Si Miquel Porta Perales en vez de haber nacido en Badalona hubiera nacido al otro lado de los Pirineos, sería considerado un nuevo Revel; si su mundo fuera el anglosajón, sería un Tony Blankley o un Mark Steyn, conjugando un juicio contracorriente con un estilo ágil y afilado. Y sobre todo, habría generado debate, con encendidas defensas y ataques, algo que parece que esté reservado en España al fútbol y a las noticias del “corazón”.

El libro se estructura en dos partes bien diferenciadas: una primera en la que se plantean las tesis de fondo, más conceptual, y una segunda, en la que los planteamientos defendidos por Miquel Porta Perales se van aplicando a diferentes cuestiones que afectan a nuestra vida política y cultural. Del planteamiento general, destaca la reivindicación de “alcanzar lo posible en cada lugar y tiempo”, un realismo prudente que acepta la imperfección terrenal, opuesto al utopismo revolucionario, verdadera lacra de la humanidad, y la defensa de la idea de límite, de que no todo se puede hacer ni es bueno que se haga. Ideas clave de las que depende que nuestro mundo sea habitable o se convierta en el infierno en el que la Utopía lo ha convertido demasiadas veces y sobre las que es recomendable no cesar de pensar. Se me ocurre que, por ejemplo, sería bueno profundizar en la concepción de verdad como “realidad de las cosas” para evitar caer en un relativismo multiculturalista al rechazar las grandes imposturas ideológicas modernas, o que el debate acerca de si la semilla del Terror utópico ya estaba en el origen del proyecto ilustrado aún no está agotado; lo mismo puede decirse sobre el nacionalismo, cuyos efectos benéficos iniciales, antes de una supuesta perversión, son en mi opinión muy discutibles.

A partir de este marco de referencia, Porta Perales entra de lleno en las cuestiones más polémicas, empezando por el intelectual comprometido, de izquierdas, por supuesto. Un intelectual de mala fe, que cierra los ojos al totalitarismo comunista, con comportamientos sectarios, siempre dispuesto a criminalizar a la derecha.

La segunda parte del libro, en la que va pasando revista a diferentes aspectos de lo que debería constituir el debate político de nuestro tiempo, constituye una especie de libro blanco de las cuestiones en las que nos jugamos el futuro. Reclama así un menor intervencionismo del Estado, discute el tabú de la redistribución de la riqueza, arremete contra los parasitarios y anacrónicos sindicatos de clase, cuestiona la ayuda al desarrollo impulsada desde los países occidentales con resultados como mínimo mediocres cuando no contraproducentes, denuncia la fascinación del intelectual progre hacia los tiranos tercermundistas, expone las miserias del ecologismo, muestra los vicios originales del pacifismo, arremete contra el pedagogismo (la pedagogía de la plastilina que azota nuestra escuela primaria, escribe) que ha hundido la educación en España, cuestiona mucho de lo que se escribe acerca de la inmigración, desmonta el tinglado multiculturalista (se trata de reconocer que no todas las culturas son igualmente respetables, no duda en afirmar), explica el fracaso del feminismo y sus tendencias totalitarias y los perversos efectos de los nacionalismos disgregadores. Y todo con un estilo que se lee con gusto y que no renuncia a la ironía, como ejemplifica a la perfección el capítulo en el que el autor se enfrenta al juicio sumarísimo del Tribunal Antiliberal, Anticapitalista y Antiglobalizador. No es necesario estar de acuerdo con todo lo expuesto, pero sí puedo afirmar que resulta liberador el ver que alguien está dispuesto a hablar sin tapujos de todas estas cuestiones.

La tentación liberal. Una defensa del orden establecido. Miquel Porta Perales. Península. 318 páginas.

El fin del mundo y los misterios de la vida futura. Charles Arminjon

El libro que Gaudete pone adisposición del lector español conoció una gran difusión en su momento, llegando a ser considerado por santa Teresita de Lisieux como una de las mayores gracias de su vida, para luego desaparecer de las librerías… hasta ahora en que reaparece providencialmente.

Arminjon va repasando los novísimos, empezando por el fin del mundo, la persecución del Anticristo, la resurrección y el juicio final, cielo, purgatorio e infierno, para acabar dirigiendo su mirada al sacrificio eucarístico y al misterio del sufrimiento.

Los capítulos, conferencias dice el autor, pues su origen es el de una serie de éstas, destacan por su orden y claridad, además de por las abundantes referencias a las Sagradas Escrituras y a los Padres de la Iglesia. Es de agradecer, además, la distinción que frecuentemente hace entre lo que es de fe y lo que son opiniones no definidas, por mucho que en algunos casos cuenten con sólidos respaldos.

Libro que aborda una serie de verdades de fe que los cristianos quizás hemos perdido de vista y que constituyen el fundamento de nuestra esperanza.

El fin del mundo y los misterios de la vida futura. Charles Arminjon. Gaudete. 284 páginas.

 

El origen de los Guardianes. William Joyce

Hay libros que llegan a las librerías aupados por una película y que suelen tener una vida corta: pasados el par de meses en los que la película está en cartelera se desvanecen. Otros libros preceden a la película y, en buena lógica, no dependen tanto de ella. En el caso de la colección del Origen de los Guardianes nos podríamos equivocar fácilmente y pensar que, al haberse editado al mismo tiempo que la película que se inspira en ellos, pertenecen a la primera categoría. Nada más lejos de la realidad.

En realidad, aunque hayan llegado a nuestras manos casi al mismo tiempo, los libros de William Joyce les preceden en el trabajo creativo del autor, que también ha tenido un papel de primera magnitud en el rodaje de la película (no hay que olvidar que él mismo ganó el Oscar al mejor corto de animación del año 2012 con The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore). Y podemos adelantar que merecen sobrevivir a la película.

Aunque hay que advertir que no es que la película (trepidante y entretenida) sea una simplificación de los libros, es que se limita a tomar algunos personajes y situaciones para crear una historia que funciona bien en pantalla pero que no es ni sombra de la riqueza que aportan los dos libros hasta ahora publicados. En su capacidad para crear un mundo propio, para reescribir el origen de una serie de personajes míticos (propios del mundo anglosajón pero algunos de ellos ya universales) tanto Nicolas San Norte como Conejo de Pascua son dos obras perfectamente escritas y conseguidas.

Joyce no sólo consigue recrear a su estilo y dotar de nueva vida a esos personajes, sino que los coloca en el centro de una trama muy bien construida y que mantiene en todo momento el interés del lector. El resto de los ingredientes no son menos apetitosos: fantasía, amistad, valentía, sacrificio, lucha contra el mal… forman el esqueleto de estos libros que, si a algo se parecen es a las Crónicas de Narnia, aunque quizás para un público de edad ligeramente menor.

Los relatos, además, están acompañados por las magníficas ilustraciones del propio autor.

Nicolás San Norte y la batalla contra el Rey de las Pesadillas. Laura Geringer y William Joyce. 240 páginas. Editorial Bambú

Conejo de Pascua y su ejército en el centro de la Tierra. William Joyce. 272 páginas. Editorial Bambú.

Aventuras de dos niños en África. Henryk Sienkiewicz

Henryk Sienkiewicz ha quedado vinculado a su famosa obra Quo Vadis, lo que no está nada mal, pero lo cierto es que fue un escritor prolífico del que poco a poco se van traduciendo más títulos. Este Aventuras de dos niños en África, en un registro muy diferente, es una magnífica novela de aventuras que no desmerece (de hecho, recuerda mucho) a algunas de las obras de Julio Verne de temática parecida.

El libro narra las peripecias de dos niños, un joven adolescente polaco y una niña inglesa, secuestrados en Egipto y que pasarán por mil y una aventuras a lo largo de África hasta conseguir regresar con sus padres. Toda la obra se beneficia, por una parte, de la magistral capacidad de Sienkiewicz a la hora de contar historias, y por otra, del conocimiento de primera mano que el autor tiene del escenario en que se desarrollan las aventuras gracias al viaje que emprendió en 1890 por África. Este último rasgo aporta no sólo realismo, sino que nos ofrece un panorama muy interesante del África de la época de las revueltas mahdistas en el Sudán (pensemos que Jartum había caído en 1885, cinco años antes del viaje africano de Sienkiewicz). El libro contrapone la labor civilizadora del colonialismo europeo al islamismo mahdista (no muy diferente del islamismo actual) y al salvajismo de las tribus de ciertas partes del África negra, por entonces aún no exploradas. Por cierto, se muestra con claridad cómo las razzias para capturar negros y esclavizarlos no eran tarea de los europeos, sino de árabes e islamistas.

La narración, por otra parte, busca, a través de una historia emocionante, transmitir el valor de la lealtad, de la valentía, de la generosidad, del mantenerse firme en las propias convicciones, de la confianza en Dios, y lo hace eficazmente. Todo esto lo plasma Sienkiewicz en el héroe, el joven Estasio, que encarna todo aquello de lo que los polacos están orgullosos. Que es mucho y bueno.

Definitivamente muy recomendable para chicos a partir de los 12 años.

Aventuras de dos niños en África. Henryk Sienkiewicz. El buey mudo. 368 páginas.

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