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El Llano en llamas. Juan Rulfo

En El Llano en llamas Juan Rulfo vuelve a demostrar su dominio del lenguaje, preciosista y repleto de mexicanismos, y su técnica narrativa impresionista y en ocasiones casi experimental. Sobre la calidad de su lenguaje no hay duda.

El Llano en llamas recoge una serie de relatos cortos que son como fragmentos de ese gran fresco que es el llano mexicano y, en sus propias palabras, van dando forma al escenario de su obra más conocida, Pedro Páramo, con la que está claramente emparentada. Rulfo nos presenta un mundo reseco y sórdido, lleno de muertes, venganzas, incestos, violaciones, remordimientos que torturan toda una vida, crueldad (como la escena en que un jefe de partida revolucionario “torea” a sus prisioneros), superstición y muertos que están más vivos que muchos hombre convertidos en autómatas que, bajo un sol de justicia y una boca siempre reseca, poco más pueden que asesinar y “acostarse” con lo primero que tengan a mano. Un ambiente de derrota, del que no se puede escapar, donde no hay esperanza alguna y que nos deja el alma desolada. Éste es el llano mexicano de Rulfo, quedan avisados.

El Llano en llamas. Juan Rulfo. Cátedra. 170 páginas

Sherlock, Lupin y yo. El trío de la dama negra. Irene Adler

El trío de la dama negra es una novela juvenil de misterio en el que tres amigos que pasan el verano de 1870 en la localidad costera de Saint-Malo deciden resolver un caso de asesinato. Hasta aquí, nada especialmente original. La gracia de la obra, que es la primera entrega de lo que es una serie, radica en los personajes: Sherlock Holmes, Arsenio Lupin e Irene Adler, que es la que narra (evidentemente el autor verdadero no es ella, sino Alessandro Gatti) sus aventuras de adolescente junto con quienes, muchos años después, se iban a convertir en el detective y en el ladrón más célebres del mundo.

Con estos mimbres y estos personajes, que no hace falta presentar, el libro consigue rápidamente crear un ambiente creíble y en el que el autor avanza con gusto. El ritmo es intenso y no decae, pero al mismo tiempo va dosificando la información, los descubrimientos y los percances, para crear una trama qumantiene en vilo al lector.

Libro conseguido, que demuestra oficio, y al que sólo se le puede echar en cara el desenlace, un tanto abrupto y con algún detalle un poco inverosímil.

Sherlock, Lupin y yo. El trío de la dama negra. Irene Adler. Destino. 272 páginas

La cabina mágica. Norton Juster

La cabina mágica narra el viaje de un niño, Milo, por un mundo fantástico, acompañado de un cronocán y de una especie de escarabajo gigante que responde al nombre del Embaucador. Milo, que inicia su viaje como un niño hastiado y que no le encuentra el gusto a nada, cambiará radicalmente su modo de ver la vida, el tiempo, las palabras, los números y el conocimiento. En este sentido, la obra es deudora de otras celebres narraciones de viajes fantásticos y moralizantes, como el de Gulliver o, como no, el de Alicia en el país de las maravillas.

Norton Juster, su autor, realiza un enorme despliegue de ingenio, verdaderamente portentoso, con juegos de palabras sin fin al servicio de una intención pedagógica. Y sin embargo el libro, en mi opinión, no llega a convencer, precisamente por exceso de ingenio. La brillantez está muy bien, pero cuando se pone al servicio de una historia con sentido y de unos personajes con cuajo. Aquí esto no sucede, los personajes están poco perfilados y a la historia le falta nervio y no llega nunca a hacernos sufrir o gozar. La innegable habilidad del autor y su desbordante ingenio no son suficientes para hacernos olvidar estas carencias.

Por otro lado, este tipo de obras con un mensaje educativo muy claro corren el riesgo de ser demasiado evidentes, de ponerse demasiado al servicio de la moraleja, debilitando la narración en sí. Creemos que Norton Juster no ha evitado este riesgo y que la obra se resiente también el mismo.

La cabina mágica. Norton Juster. Anaya. 256 páginas

Felipa de Tolosa. Controvertida reina de Aragón. Francisco Salamero

Francisco Salamero ha volcado en Felipa de Tolosa. Controvertida reina de Aragón su extenso conocimiento sobre una época, unos lugares y las personas que los habitaron, creando un relato histórico que nos traslada a esos escenarios y nos los devuelve, arrebatándolos al paso del tiempo, exultantes de vida.

El autor plantea, ya desde el inicio de la obra, la cuestión acerca de la naturaleza de su escrito: se trata de una novela en la que se parte de una abundante documentación histórica, a la que se le añaden algunos personajes y situaciones de ficción para conseguir un relato completo, algo especialmente difícil si tenemos en cuenta las grandes lagunas de conocimientos que tenemos en relación al periodo a caballo entre el siglo XI y el XII que le tocó vivir a Felipa de Tolosa. Entre los dos extremos posibles, la novela histórica inexacta y carente de base y el tratado académico, Francisco Salamero busca, y logra, un punto medio que conjugue un relato que se lee con gusto (y la vida de Felipa, agitada y novelesca, es de gran ayuda) sin renunciar al rigor histórico y a la documentación. En mi opinión, cuando este equilibrio se hace más difícil, el autor opta por mantenerse en el seguro terreno de la historia, lo cual es de agradecer habida cuenta de la cantidad de aberraciones históricas que hoy en día hemos de tragar en tantas novelas históricas.

La época, lugares y personajes que el libro nos presenta son apasionantes: Tolosa, Aragón, Alemania, Aquitania… e incluso Constantinopla; reyes, duques, abades, caballeros y trovadores, nos devuelven unos siglos XI y XII cargados de vitalidad y pasión, para nada reductibles a esa supuesta “edad oscura” que algunos quieren hacernos creer. De hecho, podemos vislumbrar ya en este periodo el florecer cultural del siglo XIII que aún asombra a los estudiosos del periodo y que no surgió de la nada.

Felipa de Tolosa. Controvertida reina de Aragón narra la vida de la hija del conde de Tolosa, niña huérfana de madre, interna en Disibodenberg, reina de Aragón, duquesa de Aquitania, luchando siempre por el condado de Tolosa y madre, y abuela pasada una generación, de los reyes que hicieron Europa, desde Castilla y Aragón, hasta Inglaterra o Francia. Pero la obra de Francisco Salamero es mucho más; es, como ya hemos señalado, un vívido retrato de una época: las luchas por el poder y los matrimonios entre casas reinantes, la importancia de los monasterios y abadías, la Reconquista, los equilibrios entre los distintos reinos de la época y las alianzas que establecían entre ellos, el creciente papel de la mujer, la aparición de los caballeros y de los trovadores, con sus luces pero también con todas sus sombras, encarnadas en la figura de Guillermo de Aquitania, capaz de lo mejor y de lo más abyecto, el inicio de las Cruzadas… Todo esto va tejiendo un fresco deslumbrante que provoca que el lector se sumerja en la lectura de estas páginas con verdadero placer.

Confiesa el autor que “a mí me hubiera gustado, de ser de de aquella época, nacer unos pocos años antes o después para poder conocerla [a Felipa]”. Pues bien, con su libro consigue transmitir este mismo sentimiento a los lectores y hacerles gustar algo de las mieles de ese deseado viaje en el tiempo.

Felipa de Tolosa. Controvertida reina de Aragón. Francisco Salamero. Editorial Milenio. 190 páginas

La agonía de Francia. Manuel Chaves Nogales

Uno de los fenómenos literarios de estos últimos años ha sido el redescubrimiento de la obra de Manuel Chaves Nogales; feliz redescubrimiento pues, a su maestría para contar, se une su fino olfato periodístico y facilidad para la estampa repleta de significado, para el personaje que explica toda una época. Ya hemos hablado aquí de su imprescindible El maestro Juan Martínez estaba allí.

Hoy nos detenemos en La agonía de Francia, crónica de la debacle y hundimiento de Francia ante el Tercer Reich que escribió Chaves Nogales cuando, tras abandonar España a finales de 1936, se instala en París. Su periplo vital seguirá, a partir de 1940, en Londres, dónde el ilustre exiliado sólo vivirá hasta 1944, año en que fallece con sólo 47 años. El libro, pues, promete mucho, pues parecería todo un lujo el disponer del relato de primera mano de un periodista y escritor del talento de Chaves Nogales acerca de un periodo histórico importantísimo. Y sin embargo, y con todo mi respeto para uno de los escritores que más me ha hecho disfrutar, debo reconocer que el libro decepciona.

Decepciona porque aquello que más destaca en Chaves Nogales, la vivacidad y frescura de su escritura, el preferir el testimonio concreto a las disquisiciones teóricas, está ausente en esta obra, lo cual es quizás más impactante por contraste con sus otros libros. No hay aquí personas de carne y hueso con sus vivencias concretas que arrojan luz sobre un periodo y unos hechos; por el contrario, hay demasiado discurso que poco o nada aporta. Uno, buscando un motivo, lo atribuye al estado vital de Chaves Nogales: derrotado, descorazonado, apátrida y lo suficientemente inteligente para comprender que su mundo ha desaparecido y difícilmente volverá. Chaves reconoce que no entiende lo que está ocurriendo (“el fenómeno de la fascinación ejercida por el hitlerismo en Francia es casi incomprensible”); la Francia que había imaginado en su mente choca de frente con la Francia real, el cortocircuito es tremendo y esta obra da testimonio de ello. El escritor no entiende, se refugia en los tópicos y se prepara para seguir su huída. Claro, sigue siendo Chaves Nogales, y seguimos encontrando pasajes valiosos, pero el autor que nos fascinó ha quedado en otra parte, desorientado al cruzar los Pirineos.

La agonía de Francia. Manuel Chaves Nogales. Libros del Asteroide. 188 páginas.

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