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La prensa libre. Hilaire Belloc

La Prensa libre es en realidad un artículo largo publicado por Hilaire Belloc en The New Age acerca del estado de la prensa en su tiempo (1917) y de la irrupción de lo que el autor llama la prensa libre. Muchos aspectos siguen invariables, como el poder de quien paga la publicidad o la capacidad de la gran prensa de ignorar determinadas noticias. Otros han cambiado: es dudoso que hoy en día haya un público, por reducido que sea, que lea a fondo un diario y menos varios, de distintas tendencias, para hacerse una idea completa de una situación. En cualquier caso, estamos ante un ensayo breve, interesante, con fogonazos de genio y alguna predicción fallida.

La prensa libre. Hilaire Belloc. Nuevo Inicio. 132 páginas

María Antonieta, Hilaire Belloc

La reina María Antonieta es una de las figuras que con mayor fuerza ha quedado fijada en el imaginario colectivo. Pero más allá de su imagen de frivolidad, que es parcialmente verdadera, Hilaire Belloc logra en esta biografía mostrarnos a la persona al completo, mucho más allá de las cuatro anécdotas que, siendo significativas, no revelan la complejidad de la odiada y reverenciada austríaca.

Belloc demuestra en todo momento un conocimiento exhaustivo de la época y de sus personajes que vuelca en un caudaloso torrente de detalles y que consigue que el lector se familiarice con los distintos avatares por los que pasó María Antonieta. Esa erudición la combina con una profunda comprensión psicológica de los diferentes actores, especialmente de la Reina, en lo que constituye el aspecto más meritorio de la obra (algún comentario acerca de las dinámicas políticas del momento es más discutible). También es prolijo en los detalles materiales, especialmente en los militares, demostrando su dominio sobre los acontecimientos de la época aunque, en ocasiones, se agradecería un relato algo más sucinto.

La obra, muy centrada en María Antonieta (es destacable el poco protagonismo concedido a su marido Luis), nos muestra una vida notable y marcada por una tragedia a la que la jovencita e inexperta reina se ve abocada y en la que, de modo inconsciente, ella misma se irá enredando. A este respecto es de notar la maestría con que Belloc recoge ese fatalismo (mano de la Providencia o hado fatal) que va marcando la vida de la Reina y a la que, cual tragedia griega, nada ni nadie puede apartar. También es digno de reflexión el hecho, tratado en varias ocasiones, de que los acontecimientos fueron cómo fueron por un pequeño detalle, un nimio error por una parte o un acierto inesperado por la otra; en definitiva, que el curso de la Revolución Francesa fue el que fue pero que fácilmente podría haber sido otro. Un pequeño gesto cambia la historia y ésta no se desarrolla como un plan ineludible.

Estamos pues ante una muy completa biografía que es a la vez un logrado fresco de una época decisiva y que aporta abundantes elementos para la reflexión.

María Antonieta. Hilaire Belloc. Ciudadela. 510 páginas.

Europa y la Fe. Hilaire Belloc

La lectura de Europa y la Fe, de Hilaire Belloc, no deja indiferente. Belloc escribe con pasión y con intención, y si algo se le puede echar en cara es que quiere decir demasiadas cosas en poco espacio. El tema le arrebata y sentimos que Belloc podría estar hablándonos durante horas y horas. Pero debe ceñirse a la longitud de un breve ensayo y quizás el tener que avanzar aceleradamente, el verse obligado a dar por supuestos muchos aspectos y a omitir otros en favor de lo que él considera más esencial, hacen que este libro requiera un esfuerzo especial de atención y que en ocasiones nos deje con la sensación de que hemos dejado atrás algo importante.

Pero a pesar de esto, Belloc sale airoso de su reto, que no es otro que mostrarnos que, en su feliz formula, Europa es la Fe y la Fe es Europa. Arriesgada afirmación, malentendida por muchos, pero que Belloc argumenta con brillantez y con una erudición fuera de lo normal. Se trata de entender lo que representó el Imperio Romano y cómo la Iglesia no fue la causa de su decadencia, sino la institución que recogió lo que de valioso tenía y le dio una nueva vida, alargando su legado y creando una civilización, la europea, que es su continuación.

Especialmente brillante es el modo en que desmonta las opiniones, extendidas en su tiempo, sobre la importancia de la aportación germánica, que Belloc demuestra que es sumamente marginal. Asimismo sale airoso de su demostración de que el Imperio Romano nunca cesó de existir, ni aún menos fue invadido, sino que sencillamente se transformó casi imperceptiblemente en otra cosa. Por último, su visión de la Reforma como un ataque de los bárbaros y de los poderosos contra el legado clásico y cristiano está cargada de enormes consecuencias. No sabemos si Europa podrá sanar, pero si lo hace será por los caminos que Belloc apunta.

Europa y la Fe. Hilaire Belloc. El Buey Mudo

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