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María Antonieta, Hilaire Belloc

La reina María Antonieta es una de las figuras que con mayor fuerza ha quedado fijada en el imaginario colectivo. Pero más allá de su imagen de frivolidad, que es parcialmente verdadera, Hilaire Belloc logra en esta biografía mostrarnos a la persona al completo, mucho más allá de las cuatro anécdotas que, siendo significativas, no revelan la complejidad de la odiada y reverenciada austríaca.

Belloc demuestra en todo momento un conocimiento exhaustivo de la época y de sus personajes que vuelca en un caudaloso torrente de detalles y que consigue que el lector se familiarice con los distintos avatares por los que pasó María Antonieta. Esa erudición la combina con una profunda comprensión psicológica de los diferentes actores, especialmente de la Reina, en lo que constituye el aspecto más meritorio de la obra (algún comentario acerca de las dinámicas políticas del momento es más discutible). También es prolijo en los detalles materiales, especialmente en los militares, demostrando su dominio sobre los acontecimientos de la época aunque, en ocasiones, se agradecería un relato algo más sucinto.

La obra, muy centrada en María Antonieta (es destacable el poco protagonismo concedido a su marido Luis), nos muestra una vida notable y marcada por una tragedia a la que la jovencita e inexperta reina se ve abocada y en la que, de modo inconsciente, ella misma se irá enredando. A este respecto es de notar la maestría con que Belloc recoge ese fatalismo (mano de la Providencia o hado fatal) que va marcando la vida de la Reina y a la que, cual tragedia griega, nada ni nadie puede apartar. También es digno de reflexión el hecho, tratado en varias ocasiones, de que los acontecimientos fueron cómo fueron por un pequeño detalle, un nimio error por una parte o un acierto inesperado por la otra; en definitiva, que el curso de la Revolución Francesa fue el que fue pero que fácilmente podría haber sido otro. Un pequeño gesto cambia la historia y ésta no se desarrolla como un plan ineludible.

Estamos pues ante una muy completa biografía que es a la vez un logrado fresco de una época decisiva y que aporta abundantes elementos para la reflexión.

María Antonieta. Hilaire Belloc. Ciudadela. 510 páginas.

La Guerra del Turco. Fernando Martínez Laínez

La Guerra del Turco, de Fernando Martínez Laínez, publicada por Edaf, es un nuevo libro de historia que comparte características con otros publicados por la misma editorial dentro de su colección Crónicas de la Historia. Como el resto de libros publicados bajo esa etiqueta, aúna rigor histórico con una narración viva que favorece la lectura. Asimismo el soporte gráfico es abundante y de gran calidad, incluyendo mapas, detalles de los uniformes, explicaciones militares, así como una amplia y muy útil sección de perfiles biográficos.

Estamos pues, en definitiva, ante un irreprochable libro de historia militar, que cumple a perfección su objetivo, aunque quizás algunos echamos de menos un mayor desarrollo de los aspectos no meramente militares, aquellos de naturaleza social, cultural o religiosa. Pero en ningún caso se puede echar en cara nada a este libro, ampliamente documentado y que nos da una espléndida visión de lo que fue una guerra, la guerra de España, aliada con otras naciones cristianas, con la excepción de Francia (siempre pronta para pactar y conspirar con el Turco) contra el Imperio Otomano, lo que se llamó la Guerra del Turco y que constituyó, como bien indica el autor de su título, el choque de los dos gigantes que se disputaron el Mediterráneo, en sus dos orillas, y la hegemonía, al menos en Europa del Sur.

Acierta Martínez Laínez cuando, más allá de la campaña o dura batalla concreta, aborda la Guerra del Turco como un conflicto secular, que tuvo sus altos y sus bajos, marcado en gran medida por la piratería berberisca y por los esfuerzos para erradicarla, así como por la presencia española y de las órdenes militares en el Mediterráneo oriental. En este contexto, Lepanto fue, sin lugar a dudas, el punto de inflexión en este enfrentamiento, algo que en contra de algunos historiadores que han pretendido minimizarlo, el autor demuestra fehacientemente. Claro que la Guerra del Turco no acabó con Lepanto, sino que se extiende en el tiempo, aunque eso sí, ya sin la violencia pasada y sin que el Imperio Otomano, que empezaría una larga decadencia, supusiera un peligro real.

En definitiva, estamos ante un muy buen libro de historia militar, que refleja con precisión lo que significó uno de los conflictos más largos y que marcaron más la política de España, y que bien haríamos en conocer, al menos con la profundidad que ofrece esta obra, ahora que la historia del Mediterráneo y el auge de Turquía trazan interesantes paralelismos con aquella época.

La Guerra del Turco, de Fernando Martínez Laínez. Edaf. 260 páginas.

Obras completas de Francisco Canals Vidal

A poco que uno lleve unos cuantos años en la brecha, es casi seguro que habrá experimentado en alguna ocasión esa sensación de impotencia y fastidio ante una argumentación débil, sin fundamento o abiertamente absurda, con la que ineludiblemente nos habremos topado en más de una ocasión. Y cuántas veces nos hemos quejado de que nuestro país es un erial intelectual, sin mentes a la altura de las circunstancias, capaces de aportarnos luz y juicio en tiempos ciertamente confusos.

Pues bien,  hay excepciones a este clima raquítico, y la que queremos destacar es de primera magnitud: se acaba de iniciar, gracias a los esfuerzos de un grupo de entusiastas y de la Fundacion Ramón Orlandis Despuig, la edición de las obras completas de Francisco Canals Vidal. Noticia importante, de gran calado, de esas que deberían ocupar portadas y que, desde luego, pueden tener mucho más impacto real que las mil y una menudencias con las que nos distraen noche y día.

Y es que la figura de Canals es ciertamente singular. No es común que uno tenga tres doctorados (en Filosofía, en Derecho y en Teología), como tampoco lo es que esa misma persona haya supeditado siempre su carrera académica a aquello que realmente daba sentido a todos sus esfuerzos: su anhelo evangelizador, su celo por acercar a las almas a Dios. Titular de la cátedra de Metafísica (Ontología y Teodicea) de la Universidad de Barcelona, que ocupó desde 1967 hasta su jubilación en 1988 y figura señera de la Escuela Tomista de Barcelona, Francisco Canals consagró su vida, siguiendo a su maestro, el padre Ramon Orlandis, al apostolado a través de «Schola Cordis Iesu», de la revista Cristiandad, de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino y de muchas otras iniciativas, todas con un denominador común: servir a la Iglesia, mostrando al hombre moderno la solución a las múltiples aporías en que se halla atrapado y que se sintetiza en el abandono al amor misericordioso del Corazón de Jesus.

Así, no es de extrañar que una persona como el profesor Canals, estudioso incansable y dotado de una prodigiosa memoria, abordase múltiples campos del saber, siempre desde un rigor y profundidad que no se andan por las ramas sino que van directamente a lo esencial. Esto se puede verificar en los índices de los doce tomos que compondrán sus obras completas (de las que acaba de aparecer el primero), cuya temática engloba temas tan nucleares como el Sagrado Corazón, Santa Teresita, San Ignacio, la teología de la Historia, San José (a quien dedicó una tesis doctoral), el Tomismo (que liberó de comentarios a los comentarios para devolvernos a la fuerza del texto original), la Metafísica, la teoría del conocimiento, el Protestantismo o la situación política de España y Cataluña. Y lo más importante: no estamos ante una acumulación de datos sin criterio, sino ante una autentica síntesis, que podemos considerar el rasgo intelectual mas característico de Canals, que a partir de múltiples datos es capaz de ordenarlos y darles sentido, capacitándonos para juzgar sobre las cosas desde sólidos fundamentos.

La publicación de estas obras completas no acaparará portadas, pero es una de las grandes noticias culturales, filosóficas y teológicas de los últimos años. Aquellos que hayan experimentado la sensación que describíamos al principio de estas líneas y que quieran encontrar o redescubrir una fuente de criterio seguro y luminoso harán bien en hacerse con este tesoro editorial. No encontrarán lecturas facilonas y superficiales, pero tendrán en sus manos una iniciativa de ésas que marcan época y que a buen seguro tendrá importantes repercusiones futuras.

 

La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja. Manuel Chaves Nogales

La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja es una recopilación de las crónicas escritas por Manuel Chaves Nogales durante los años 1928 y 1929 que fueron publicadas en el Heraldo de Madrid. Se trata de la crónica periodística de un viaje, hecho principalmente en avión, que partiendo de Madrid recorrerá toda Europa hasta llegar a la Unión Soviética, objeto principal de su interés. Allí, Chaves Nogales irá relatando, con vivacidad y esa mirada presta a recoger la anécdota significativa, todo lo que vaya viendo, desde Moscú a Petrogrado, pasando por el Cáucaso y otros lugares de la entonces Unión Soviética.

Chaves Nogales escribe estas crónicas con la intención explícita de ahorrarnos fríos datos y cifras para, por el contrario, centrarse en las constataciones directas, en las conversaciones con las gentes que encuentra en su camino. Esto, que casi siempre cumple, da al libro una frescura e interés de la que carecen otros libros de la época que intentaban explicar lo que estaba sucediendo en la Rusia bolchevique.

Chaves Nogales muestra una cierta simpatía hace el comunismo, muy matizada por sus propios gustos personales (él mismo reconoce que no podría vivir bajo el régimen soviético), que sin embargo no le impiden comentarios muy atinados, interesantes y que me parece que son de utilidad, no sólo para comprender aquella época, sino para entender nuestro tiempo. Evidentemente hay previsiones y comentarios que el tiempo, afortunadamente, ha desbaratado. Sería muy fácil mostrar todo aquello en lo que Chaves Nogales se equivocó, por ejemplo, aunque no fuese de su gusto, estaba convencido de la futura victoria del comunismo, consideraba que el bolchevismo era una fuerza imposible de frenar o tenía la certeza de que Stalin nunca mataría a Trotsky. Pero centrarnos en esos errores de perspectiva sería ventajista, pues es muy fácil criticar las visiones del pasado sabiendo lo que aburrió después. En definitiva, y a pesar de las patinadas que irremisiblemente lo jalonan, lo que queda de este libro, que sin ser una obra que alcance la brillantez que otros libros de Chaves Nogales, tiene pasajes y apreciaciones muy interesantes, son las impresiones de primera mano, quizás incluso las más pedestres, las más directas, aquellas menos elaboradas, de este gran cronista de la época.

La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja. Manuel Chaves Nogales. Libros del Asteroide. 288 páginas

Europa y la Fe. Hilaire Belloc

La lectura de Europa y la Fe, de Hilaire Belloc, no deja indiferente. Belloc escribe con pasión y con intención, y si algo se le puede echar en cara es que quiere decir demasiadas cosas en poco espacio. El tema le arrebata y sentimos que Belloc podría estar hablándonos durante horas y horas. Pero debe ceñirse a la longitud de un breve ensayo y quizás el tener que avanzar aceleradamente, el verse obligado a dar por supuestos muchos aspectos y a omitir otros en favor de lo que él considera más esencial, hacen que este libro requiera un esfuerzo especial de atención y que en ocasiones nos deje con la sensación de que hemos dejado atrás algo importante.

Pero a pesar de esto, Belloc sale airoso de su reto, que no es otro que mostrarnos que, en su feliz formula, Europa es la Fe y la Fe es Europa. Arriesgada afirmación, malentendida por muchos, pero que Belloc argumenta con brillantez y con una erudición fuera de lo normal. Se trata de entender lo que representó el Imperio Romano y cómo la Iglesia no fue la causa de su decadencia, sino la institución que recogió lo que de valioso tenía y le dio una nueva vida, alargando su legado y creando una civilización, la europea, que es su continuación.

Especialmente brillante es el modo en que desmonta las opiniones, extendidas en su tiempo, sobre la importancia de la aportación germánica, que Belloc demuestra que es sumamente marginal. Asimismo sale airoso de su demostración de que el Imperio Romano nunca cesó de existir, ni aún menos fue invadido, sino que sencillamente se transformó casi imperceptiblemente en otra cosa. Por último, su visión de la Reforma como un ataque de los bárbaros y de los poderosos contra el legado clásico y cristiano está cargada de enormes consecuencias. No sabemos si Europa podrá sanar, pero si lo hace será por los caminos que Belloc apunta.

Europa y la Fe. Hilaire Belloc. El Buey Mudo

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